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miércoles, 22 de junio de 2011

LA TRATA DE PERSONAS

La trata de seres humanos representa la negación de los derechos humanos esenciales: a la libertad, la integridad y la seguridad de las personas; el derecho a no ser sometido a torturas ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes; el derecho a la libertad, entre otros.


La trata de personas es un delito contra la libertad de las personas y es considerada como la esclavitud del siglo XXI y, también, un delito de lesa humanidad. Consiste en la captación, reclutamiento y traslado de una o varias personas desde su lugar de origen hacia un destino en el que serán explotadas, sin que puedan -o crean que pueden- escapar. Los fines de explotación son múltiples pero siempre encontramos una restricción a la libertad ambulatoria, la privación total o parcial de su libertad, y la explotación laboral, sexual o para extracción de órganos.

El principal objetivo de trata de personas es la explotación sexual, que representa aproximadamente un 70/80 % de los casos, de allí la preocupación especial para las mujeres y los niños por su especial vulnerabilidad frente a estas prácticas.

Pero la explotación sexual no es la única finalidad de la trata, que incluye formas de explotación tales como el mantenimiento de una persona en condición de esclavitud o prácticas análogas; los trabajos o servicios forzados; la servidumbre por deudas; la explotación para pornografía u otro tipo de comercio sexual y la extracción de órganos humanos.

Es un hecho que en la Argentina sigue existiendo la esclavitud. Este país “importa” mujeres, hombres y niños de Paraguay, Bolivia, República Dominicana y Perú, etc. y “exporta” mujeres hacia Chile, México, Estados Unidos y Europa. Según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones, (informe) el 52 % de las víctimas Paraguayas tienen como destino la República Argentina. Un porcentaje similar de víctimas de República Dominicana son tratadas hacia aquí y, en estos casos, la finalidad es la explotación sexual.

En la Argentina existe un predominio de la trata interna sobre la internacional. Todas las provincias Argentinas tienen casos de trata detectados.  Algunas como puntos de origen, como Misiones, Tucumán, Jujuy y Santa Fe, y otras como puntos de destino, como Buenos Aires, Córdoba, Santa Cruz, Río Negro y Chubut. También existen provincias en las que coexisten ambas características. Ejemplo de ello es Entre Ríos, donde se detectaron casos de jóvenes reclutadas para ser trasladadas a la provincia de Buenos Aires. Ésta última también fue identificada como lugar de destino de víctimas captadas en la provincia de Misiones.

La trata de personas ocupa el segundo lugar como actividad lucrativa ilegal en el mundo, después del tráfico de drogas.  Según OIT existen más de 12 millones de trabajadores sometidos a trabajo forzoso, incluyendo más de 2 millones de víctimas del tráfico y la trata internacionales, de las cuales 1 millón son niños. La OIT estima que unas 4 millones de personas son compradas, vendidas, transportadas y retenidas a la fuerza para desarrollar trabajos en condiciones de esclavitud en todo el mundo.




EL TRABAJO INFANTIL

Se entiende como “trabajo infantil”, al desarrollado por niñas o niños menores de catorce (14) años, en forma remunerada o no remunerada. Estas tareas, pueden ser visibles, invisibles y ocultas, donde el sustento logrado, puede ser para sí mismo, para el mantenimiento del grupo familiar y/o para la apropiación de terceros explotadores.

La UNICEF ha desarrollado un conjunto de criterios básicos para determinar si el trabajo infantil es explotador. Define que el trabajo infantil es inapropiado si:

- es con dedicación exclusiva a una edad demasiado temprana,

- se pasan demasiadas horas trabajando,

- el trabajo provoca estrés físico, social o psicológico indebido,

- se trabaja y se vive en la calle en malas condiciones,

- el salario es inadecuado,

- el niño tiene que asumir demasiada responsabilidad,

- el trabajo impide el acceso a la escolarización,

- el trabajo mina la dignidad y autoestima del niño (como el esclavismo y la  explotación sexual),

- impide conseguir un pleno desarrollo social y psicológico.

La infancia es un tiempo para jugar, aprender, crecer, un tiempo en que todos los niños y niñas deberían tener la oportunidad de desarrollar sus potenciales y soñar con brillantes planes para el futuro. Sin embargo, para 250 millones de niños y adolescentes en todo el mundo, la infancia es un sueño perdido. Ellos trabajan desde las primeras horas de la mañana hasta después del ocaso.

Pero el trabajo infantil no es todo igual. La misma UNICEF hace una nítida diferenciación entre dos tipologías de niños que trabajan:

a) Aquellos que dentro de las familias campesinas o artesanas trabajan para ellas mismas y por la situación de pobreza, la falta de infraestructura o la ausencia de garantías sociales necesitan de los brazos infantiles. El niño puede trabajar algunas horas al día e ir a la escuela o en otros casos puede que trabaje todo el tiempo, pero no se puede hablar de explotación sino sólo de miseria.

b) Aquellos en que son explotados por un patrón externo, muchas veces una multinacional.

Igualmente se puede distinguir entre los casos menos graves -el trabajo durante algunas horas al día, en sectores que no perjudican la salud o el crecimiento- y aquellos más graves, es decir el trabajo a tiempo completo y en condiciones insalubres.

La Convención sobre los Derechos de la Infancia, firmada en 1989 por todos los países excepto la Islas Cook, Somalia, Omán, Suiza, los Emiratos Árabes Unidos y EUA, obliga a los gobiernos a proteger a los niños de "la explotación económica y de realizar ningún trabajo que pueda ser peligroso o interferir en la educación del niño, o que sea peligroso para la salud física, mental o espiritual del niño o para su desarrollo social."

Las estadísticas mundiales, resaltan que la mayoría de los niños y niñas pertenecen a Asia, África y América Latina. En su mayoría las actividades son realizadas para su familia en el campo en el hogar o como actividades callejeras. En muchos países los niños son sometidos a trabajos forzosos y no tienen posibilidades de cuestionarlos, como los trabajos realizados en hornos de Carbón y en plantaciones de caña de azúcar, trabajos realizados en condiciones de esclavitud.

Causas

El ingreso precoz al trabajo infantil se encuentra vinculado a las condiciones de pobreza de las familias. Las familias pobres estructurales y las familias empobrecidas ante la situación de ajuste económico, son colocadas en condición de vulnerabilidad social, esto es que pierden su capacidad económica y cultural de contención.

Pero la pobreza no es la causa principal del trabajo infantil; el hecho de que la proporción de trabajo infantil varíe dramáticamente entre países de niveles similares de desarrollo económico lo demuestra. En China, por ejemplo, ha habido muy poco trabajo infantil en las últimas décadas, según fuentes diplomáticas de EUA, porque tomaron la decisión política de mandar los niños a la escuela. De ello se deduce que el trabajo infantil sólo puede existir si es tratado como aceptable cultural y políticamente.

Según conclusiones abordadas por los estudios de las Organizaciones Mundiales que se ocupan de la investigación sobre los Derechos del Niño, donde la educación es obligatoria, disponible y entendida como importante, la proporción de trabajo infantil es más baja.